El tiempo pasa y cada día del confinamiento hay que pensar en cosas nuevas para entretener a nuestros peques sin que dejen de aprender. Por más que este sea un momento de cambio de rutinas no podemos olvidar la importancia del desarrollo cognitivo de nuestros hijos.
La ciencia es apasionante y existen experimentos y dinámicas que podemos realizar en casa, que divertirán a nuestros peques y al mismo tiempo les ayudarán a comprender fenómenos naturales por medio de la experimentación.
Estos son 4 experimentos sencillos que seguro nos harán pasar una tarde agradable y apoyarán su proceso de aprendizaje:
Para este primer experimento necesitaremos los siguientes elementos que seguro tendrás en casa:
Lo primero será coger una cartulina grande, con ella construiremos una pirámide. Cuando la tengamos lista la cubriremos con papel maché (papel higiénico mezclado con agua y cola blanca). Con toda nuestra creatividad y la de nuestros peques reproduciremos todas esas grietas que tiene un volcán.
Cuando el papel maché se seque, aproximadamente al siguiente día, le diremos a nuestros peques que pinten el volcán como a ellos más les guste con ayuda de acrílicos o témperas. Y luego, con unas tijeras, cortaremos la cima del volcán, de modo que quede un orificio por donde saldrá la lava.
Con nuestro volcán listo, cogeremos un plato hondo y lo llenaremos con un cuarto de vinagre. Podemos añadir unas gotas o un poco de colorante de cocina para hacerlo más realista. Agregaremos también un chorrito de jabón para vajillas y pasaremos a revolver todo.
Pondremos el plato bajo nuestro volcán, de modo que este quede totalmente cubierto. Luego, por el orificio por donde saldrá la lava agregaremos una cucharada grande de bicarbonato. Y esperaremos a la erupción. La reacción química que se genera entre el bicarbonato y el vinagre ocasiona que el jabón libere mucha espuma, que será la que veremos salir por la cima de nuestro volcán.
Un experimento divertido, pedagógico y seguramente inolvidable para nuestros peques.
Realizar este divertido juguete no solo nos permitirá divertirnos y jugar con nuestros peques sino que además podremos enseñarles la importancia de sembrar y de las plantas en nuestras vidas.
Para realizar nuestro Señor Crecepelo vamos a necesitar:
Cortaremos las medias de nylon desde la punta hasta la rodilla y colocaremos allí las semillas y luego el serrín. Apretaremos bien, formando una esfera y cerraremos el nudo. Le daremos vuelta a la esfera de tal manera que las semillas queden hacia la parte de arriba.
Pellizcamos un pedacito de media con relleno y lo enrollamos con hilo para formar la nariz. Podemos de la misma manera también hacerle las orejas. Pegaremos con la goma los botones que harán de ojos, y con un cartón en forma rectangular donde dibujaremos la boca.
Remojamos el muñeco en agua durante 15 minutos y luego lo colocamos sobre un plato pequeño. Cada día debe humedecerse un poco sin exceder el agua. Las semillas empezarán a germinar y formarán el pelo de nuestro personaje. Un experimento divertido y entretenido además de una forma muy fácil de enseñar el proceso de germinación de una semilla.
Para este experimento necesitaremos los siguientes elementos que seguro tendrás en casa:
Llenamos los dos vasos con agua del grifo muy caliente. Luego, agregamos varias cucharadas de bicarbonato de sodio a cada vaso y revolvemos con la cuchara. Continuamos agregando bicarbonato de sodio hasta que no se disuelva más (la mezcla esté sobresaturada) y haya una capa de bicarbonato de sodio en el fondo del vaso. Colocamos los vasos dentro del recipiente rectangular o sobre el papel de cocina.
Con la cuerda o la lana creamos un puente en forma de ‘U’ entre los dos vasos. Anudamos cada extremo del hilo de lana a un sujetapapel. Colocamos los extremos en cada vaso dejando que la cuerda cuelgue en forma de ‘U’ entre ellos, pero sin tocar el recipiente o papel de cocina. Con nuestros peques observaremos la cuerda durante los próximos días para ver los cristales formarse a lo largo de la cuerda.
La lana absorbió la mezcla y al evaporarse el agua nos quedan los cristales de bicarbonato de sodio. Este experimento es una demostración de lo que hace el agua al gotear en las cuevas.
Este experimento es sencillo, divertido y flipante. Solo necesitarás:
Dibujaremos nuestra flor en un papel, que tiene que tener pétalos bien separados entre sí, como una margarita. Recortamos la flor, doblamos los pétalos hacia el centro y las ponemos en un plato con poca agua (son suficientes 2 cucharadas). Mágicamente ¡veremos cómo nuestra flor florece!
Los pétalos “florecen” pues el papel está formado por tubos capilares que absorben el agua y hacen que esta suba hasta los pétalos, que se volverán más pesados y logrando así que “florezcan”.